Resumen
Mari Jungstedt sitúa la acción de su thriller
Mar de Nubes en Gran Canaria, concretamente en la localidad de Arguineguín. Allí, al amanecer, un pescador descubre en el puerto el cadáver desnudo de una mujer en las rocas, se trata de una turista sueca que pasaba unos días en la isla a la que el asesino ha dispuesto en una actitud que evoca el cuadro del nacimiento de Venus de Botticelli. El comisario Diego Quintana inicia la investigación ayudado por Sara, una intrépida periodista escandinava, directora de un periódico local, y Kristian, ex policía empleado del consulado sueco. Cuando aparece muerta otra joven en similares circunstancias, en este caso arreglada como un cuadro de Frida Kahlo, comienzan a pensar que se trata de un asesino en serie bastante peculiar y depravado. Entre los ámbitos relacionados con las víctimas se encuentran un extraño centro de yoga cuyo director es sumamente enigmático, un salón de masajes en la playa y la Iglesia protestante noruega. El hallazgo de importantes pistas así como las pesquisas y conversaciones, si bien al inicio son desconcertantes, lentamente van cercando al asesino y los investigadores comprueban la brutalidad de la que es capaz el ser humano.
Las numerosas referencias de la belleza del entorno donde se desarrolla esta novela negra no palian la dura trama que Jungstedt construye con sus recursos habituales: técnica de capítulos cortos, siembra de pequeñas sospechas a lo largo de la narración, otras subtramas paralelas entrelazadas con el núcleo argumental junto con una galería de personajes bastante desnortados, no solo el asesino, cuyas vidas atraviesan crisis más o menos graves. Problemas matrimoniales, abuso sexual y permisividad en las relaciones afectivas de diversa índole, también de tipo homosexual, son situaciones que en algún momento se explicitan con sensualidad. Una historia oscura y sórdida que si bien ofrece una intriga permanente, no se trata de lo mejor de la autora, tampoco en cuanto al ritmo que a veces decae y no resulta tan trepidante como en otras ocasiones. Algunas secuencias pueden herir la sensibilidad del lector.
